martes, 28 de abril de 2009

De repente Elche.

¡Zas! Primera competición del año para mí.

Sol y viento, para un día espectacular.
Durante la preparación de los boxes tengo oportunidad de saludar a los compañeros blogeros y triatletas Xarli, y Stani.
Con el neopreno puesto entro en el agua a calentar, y resulta que se me ha hecho tarde y tengo que salir del agua, porque ya toca la salida de las chicas.
Por fin un triatlón en el mar. Además con el agua transparente y perfecta.

Diez minutos previos a la salida, con los compañeros intercambiando bromas y nervios. Una gozada compartir con tanta gente del club un triatlón especial como este.

Dan la salida, y voy muy tranquilo, se que he nadado en invierno y el agua está perfecta. Y ahí estamos nadando. Me coloco detrás como siempre y abierto. No quiero golpes.
La verdad es que esta vez fue inevitable. Toda la natación la hice rodeado, y buscando huecos para progresar. Cuando acabé la primera vuelta, pensé que estaría la gente mas dispersa y por fin podría correr, pero nada. Gente por todos sitios. Tan solo el último tramo a meta de 300 m nado cómodo.

Salgo del agua con la sensación de haber podido nadar bastante más rápido, pero da igual, porque es un gusto nadar en un agua plana y transparente como la del Mediterraneo, viendo casi siempre el fondo de rocas y arena. Un gusto.

La bici.
Al salir de mi transición super lenta, veo que hasta en ser lento en transición me ganan, ya que adelanto a Gazapo que se lo toma con calma.

En la carretera un viento bastante fuerte. Yo esperaba levante (probabilidad del 90%), que me garantizaba que no tendría problemas de alergia, al venir del mar.
Aun así el poniente no traía mucho polen, y fue bastante bien.

Gazapo no tarda en pasarme y dejar las cosas conforme mandaba la lógica. Veo pasar en sentido contrario, otro camaleón, creo que es Quini, y tomo referencia en el reloj, para ver cuanto nos saca. Una eternidad, dejé de contarlo.
Aun veo a Gazapo delante a unos 300 m, y decido que es una buena referencia. Voy a mi ritmo, y no le pierdo durante toda la carrera, hasta los último 20 Km, que me coge un poco mas de distancia, y me adelantan algunos triatletas. Veo a Miguel durante el recorrido en dos ocasiones y le saludo pensando cuanto faltará para que me coja.

Durante toda la parte de bici, muy buenas sensaciones, así que me exprimo bastante.
Tanto que cuando llega el último repechito antes de llegar a los boxes, lo subo bastante atascado, y en seguida oigo a mi espalda que me llaman por mi nombre. Es Xarli.
Trato de darle pena echándole en cara que me adelante al final.


Bajo de la bici contento porque se que he quedado cerca de Gazapo, y que Miguel no me ha alcanzado. Y en principio eso es muy bueno para mi que soy un patatilla en la bici.

Cuando empiezo a correr se que se ha acabado la parte divertida. Ahora voy a sufrir.

Me he tirado todo el invierno, con una lesión que no me permitía correr.
Me he recuperado en febrero, y cuando he empezado a hacer kms con unas plantillas nuevas, bursitis y mas excusas para no hacer kms, y daros pena…

Estaba convencido que en la carrera a pie me saltaba un tornillo fijo y me lesionaba y si eso no ocurría, tendría que hacerlo casi todo andando.
No hubo lesión.
Y tampoco el circuito de carrera a pie era como esperaba. Era muchísimo mas duro. Había que subir cuatro veces una escalera y unas cuestas de impresión.

Después de la primera vuelta en la que Xarli me supera (lo adelanté en boxes), ya pensaba que no podría correr mas.

Como el cuerpo no responde, uno piensa en qué es lo que le pasa, y empecé a atiborrarme de agua y un par de geles. El segundo no lo llegué a asimilar, y cada vez que subía de pulsaciones, naúseas, y a andar. Vuelta a correr, naúsea, y a andar.
Así casi toda la tercera vuelta.
Durante el recorrido me cruzo con Gazapo que me anima a cogerle al principio (me saca unos cinco minutos), y al final me sigue animando a apretar para no irme a 7 h.
También me cruzo con el resto de compañeros y con Michi, que siempre anima, y se le ve disfrutar de la prueba.

En la cuarta subida a la escalera, la subo reventado, apoyándome en la barandilla, y descansando para coger aire a la mitad. Muerto.
Pero noto que ya no hay nada en el estómago. Y puedo volver por fin a trotar con un dolor tremendo en las piernas.
Bastante dolor. Ahí está la foto que he encontrado en Internet para demostrarlo. Vaya cara que llevo.

Así hago la última vuelta y entro en la meta muy contento y recibido fenomenalmente por los camaleones y familia, y por mi padre que la mitad del ½ ironman es suyo (osea ¼ de ironman) y por Xarli y Stani, que me reciben también con ánimos.
Mención especial a los acompañantes, a mi padre, y a los de los demás camaleones, que se han dado una buena paliza de kms y horas aguantándonos.

En la llegada a meta veo a Ramón Jetlagman que creo que lo ha pasado tan mal como yo, y me saco la última foto, con los amigos de Murcia.

Estoy muy contento. Aun me quedan bastantes días de pensar que es lo mas duro que he hecho, hasta que se me olviden las 6h 44 que he pasado en Elche.

lunes, 13 de abril de 2009

Numbers
En esta entrada pretendia hacer un balance provisional, casi final, del entrenamiento que llevo para Elche. Solo faltan dos semanas.

Antes de hacer números, autocalificando de 1 a 10 mi entrenamiento de cada disciplina, habría dicho:
Natación: 7
Bici: 6,5
Carrera: 3
Y la verdad es que tengo la sensación de haber corrido muchísimo menos que el año pasado, por culpa de las lesiones y molestias varias.
Me he puesto a sumar y ... no ha habido ninguna sorpresa. No eran figuraciones mías.
Muy, muy poca carrera de cara a Elche. Me veo andando.
Motivo: Largos problemas en la cintilla iliotibial, y mas recientemente por las prisas por hacer kms, una busitis en la cadera.
Por lo demás. Poco entreno en la S Santa, y el domingo me metí una buena salida de bici, cuyo precio ha sido un monumental ataque de alergia, que me temo me ha tocado los bronquios, así que ando ahora escribiendo con algo de fiebre.
Así que nada, si esto sigue así enlazo con la semana de tappering y me voy a Elche con tres semanas de inactividad.
Naaa... no creo que la sangre llegue al río. Es que hoy toca post llorón.

Bueno "Numbers" es un título que me permite aprovechar para decir lo que acabo de descubrir ¡que he superado las 100 entradas!.

Pues si que me está durando lo de contar batallitas.

Muchas gracias a los que me las aguantais.

sábado, 11 de abril de 2009

Semana Santa

El sol está aun muy alto y quema la vista de los que salen de la penumbra, la intimidad y el silencio del templo a la luz cegadora y la muchedumbre de la plaza.
El gentío bulle, y guarda silencio alternativamente en oleadas, como las ráfagas de viento que atraviesan el cortejo de nazarenos y penitentes, y que mueven levemente alguna túnica, y apagan algún cirio.

La gente se aprieta, y espera expectante la salida del Señor y de su Madre, nuestra Madre, del templo.

El recorrido se inicia lento por las calles, abriéndose paso entre la gente. Muchas personas, que miran al nazareno, turistas que le hacen fotos, niños que juegan a contar cuantos de ellos van descalzos o a recoger la cera que lagrimea de su cirio encendido,
Todos le miran, sin verle en realidad. Porque solo miran su oscura túnica y su antifaz, porque no le miran a él. Porque él no tiene nombre. Porque es “uno” igual que sus hermanos que han decidido acompañar al Señor, camino del Calvario.

Esa es la realidad, que el nazareno y el penitente están solos con sus oraciones, con la ficción sentimental de querer experimentar, la más leve y menos cruenta de las cargas que Él asumió por el perdón de nuestros pecados.
Y para poder también, ya al final de la estación de penitencia, y gracias al arte del imaginero, contagiarse del dolor de la Madre que ve morir a su hijo en la Cruz.

La procesión se desliza retorciéndose por las antiguas y estrechas calles, y un turista busca encuadrar con su cámara, la calle, la llama de su cirio y su antifaz con el largo capirote, en una imagen que no ha cambiado desde hace años. Quizás no sea consciente de que un siglo atrás habría obtenido la misma, solo que detrás del antifaz no estaría este cargando con sus pecados, sino probablemente su abuelo con los propios.

Tarda en calarle la idea al nazareno.
En una sociedad en la que ver y hacerse ver es esencial, la idea de borrar su existencia del Mundo con una túnica y un antifaz, dejando su Yo velado en esa fotografía de turista es algo que cuesta, pero que llega.
Y entonces, cuando asume esa idea, la gente que bulle, murmura, y habla, se vuelve invisible.
Y no significa ya nada para el nazareno, porque no le dice mucho mas que el viento que sacude su túnica, que el polvo que se enreda en sus pies descalzos, o que el perro que ladra al final de la calle Tornería.

Ni en realidad él es nadie para ellos, solo unos ojos sumergidos en una figura oscura. Igual a sus hermanos de cortejo.
Lo relevante viene detrás. El Hijo de Dios sentenciado, que cumple su penitencia y se ofrece por nosotros. Sacrificio de Amor supremo para que entendamos, para que lo comprendamos.
Y la gente alza la mirada de las túnicas idénticas que no les dicen nada, para mirar al Señor que pasa junto a ellos, que tropieza y se alza de nuevo con la pesada cruz.
Y a cada una de esas almas, se les conmueve el corazón, y entonces algunos entienden, y otros sienten que necesitan desesperadamente entenderlo, mientras el gesto de dolor y tristeza de Nuestra Señora, les aprieta el corazón.

Y un niño de apenas unos meses, es el primero que mira y ve realmente al nazareno. Le mira a los ojos lo único que se ve.
Y como aun es muy pequeño no puede hablar y preguntar por qué.
Y gracias a que es muy pequeño aun se pregunta internamente por qué. Por qué esa figura a la que acompañan todos, arrastra sufriendo una enorme cruz, coronado de espinas.
Y gracias a que es aun muy pequeño mira para entender, antes de que quizás se convierta en un adulto que creerá que lo sabe todo, y que pasa la mayor parte del tiempo preocupado por el sonido de sus propias palabras.
Quizás.
No hay un símbolo mayor de esperanza, que los ojos de un niño.