martes, 25 de enero de 2011

Una paradita.

Eso es lo que he hechos estos días. He podido irme unos días a la montaña de descanso.

Eso suponía cambiar por unos días los tres deportes, por el esquí.

En el pueblecito del Pirineo al que voy últimamente, la gente del lugar sabe por la experiencia que dan los años y la vida al aire libre, interpretar cualquier pequeña alteración en las nubes, el viento, y la luz de las montañas, para adivinar un cambio en el tiempo.
Últimamente les basta con verme a mí llegar y bajar las maletas de coche, para saber que el tiempo va a empeorar.

Mary Popins llegaba a la casa que fuera con el viento del Este y se marchaba de nuevo cuando cambiaba.
Yo llego allí siempre acompañado de un cambio brusco de tiempo, y me voy coincidiendo con la mejora de las condiciones. La ley de Murphy que diría alguno.

En el Puente de la Inmaculada traje 3 días de lluvias ininterrumpidas y subida de la temperatura más de 10º. No quedó nada de la nieve que cubría todo a mi llegada. Las pistas cerraron.

Esta vez me he traído conmigo un viento fuerte y frío del noroeste, y unas temperaturas bajísimas.
Si la estación de esquí en cuestión no estaba cerrada, no tenía moral (por no decir h) de esquiar a -10º, y tras dos bajaditas se tenía que abrazar uno a un vaso de caldo caliente y refugiarse donde sea.

Por lo demás estos días me han venido fenomenal como descanso (mas o menos activo), y físicamente he recuperado totalmente. Venía un poquito cargadito de la semana del cross de Itálica en la que metí unas 9 h en 5 días.

Además de descansado he vuelto un poco pesado gracias al menú montañero, y me está costando esta semana ponerme de nuevo en serio.
La sesión de hoy se ha hecho durísima, en parte por uno de esos absurdos que a menudo protagonizo, y sin los cuales, mi vida quedaría irreconocible.

He programado a primera hora y en ayunas un entranmiento de carrera duro, de mas de una hora, y como preparación cené la noche anterior, un bocadillo de pringá.

He escrito bocadillo. Nada de montadito o pulguita que diría un finolis. Un señor bocata de pringá, como combustible para correr fuertecito, en vez de frutita y algo de pasta.

Lo que no se es como es que llegue a dormír.

Adjunto por otro lado, foto de menú montañero. Se que parece atún, pero amigos: se trata en realidad de "lasquitas" de Foie, bajo las que hay una abundante ración de jamón serrano y patatas fritas.

Seguiremos hablando de los entrenamientos, o en su defecto de los homenajes gastronómicos que me pego.

lunes, 17 de enero de 2011

XXIX Cross de Itálica.

Pues aprovecho un rato que tengo para contaros mi primera experiencia en un cross.

A estas alturas de mi vida solo llevo 4 carreras populares (sin contar los triatlones que ya llevo un buen puñado). Y este es mi primer cross.
Me lo he pasado fenomenal la verdad, esto de correr para arriba y para abajo, por mitad del campo es mucho mas ameno que recorrer una calle asfaltada y recta.

Y si encima se corre entre las ruinas de la primera ciudad romana de Hispania, que vio nacer nada menos que a tres emperadores, no os digo nada.
Y si añadimos un día de sol fabuloso con una temperatura primaveral: Pues ya es difícil mejorar.


Respecto a la carrera en si, mucha participación lo que hizo que en los primeros 500 mtros se formaran varios cuellos de botella en los que tuvimos que pararnos atascados.

Eran dos vueltas para un total de 6.600 m.

La primera vuelta me la tomé con calma para ver como cansa esto de correr un cross, además para dar tiempo a que la gente se dispersara un poco.

En la segunda vuelta ya corrí a buen ritmo, dando alcance a algunos compañeros del club, y quedándome al final con las ganas de cazar a alguno que otro que yo creía que tenía a tiro, pero cuya persecución me dejó sin aliento y con todas las ganas.

Aunque este año no llevo casi nada de kilometraje en las piernas (ni llego a los 20 km por semana), la verdad es que me sentí agusto.
Subiendo perdía el aliento, y en las bajadas recuperaba muy bien, lanzando las piernas sin problemas, ni calambres, ni nada.

La segunda vuelta que es la única que pude correr a mi ritmo sin atascos de corredores y bajé de 4.45 min/km que como digo a las alturas que estamos, y dado mi nivel, me doy por satisfecho.
No soy yo como esas gacelas africanas que acariciaban el suelo con sus zapatillas a 18 km/h.

Sobre todo satisfecho por las sensaciones de piernas fuertes y porque aun tengo mas de dos meses por delante hasta Elche.

martes, 4 de enero de 2011

1-1-11 Bonitos números


Empecé el año con un largo trote suave por un sitio que se ha convertido en uno de mis favoritos.
Aunque no puedo ir muy a menudo allí.

Lo disfruto tanto, que a veces me encuentro corriendo y haciéndole fotos a cada rincón como un turista japonés.
En todos sitios, en los senderos, entre los pinares, y en el puente que he rebautizado como "puente del 2011". ¿Qué paisajes creis que encontraremos al otro lado?

Y
Por otro lado, hace unos momentos estaba rellenando una inscripción, la primera del año. Me he estado peleando con el desplegable de la página web, hasta que he caído en la cuenta de que no mentía. No fallaba: ¡ Soy veterano!



Ese tonto desplegable ha provocado por unos instantes un efecto que ni mi cumpleaños: me ha hecho sentir viejo.
Pero ha sido solo un momento ¿eh?.