jueves, 17 de febrero de 2011

Retos que atrapan.



Hay retos que atrapan, que enganchan y otros que no.

La Maratón de Sevilla, ha sido hace poco.
Una Maratón es un gran reto. Un reto muy duro. Y hay muchos a quienes le engancha.

Pero en mi caso particular, una vez hice mi primera Maratón, aunque fue una bonita experiencia, ni se me ha pasado por la cabeza repetir.
No me apetece, no me motiva.
Aun así es probable que le llegue el momento a mi segunda maratón, pero de momento no lo siento así.

Sin embargo, si hay experiencias que muy poco después de terminarlas, tenía claro que quería repetir.

Alguno ya sabe la espinita que tengo clavada con el Titán. He ido dos veces, la primera acabé a base de c*j*n*s, pero llegué a Meta fuera de tiempo.
La segunda tuve que abandonar por problemas de estómago.
Mi revancha en el Titán está ahí esperándome. Se el lugar (ese sitio mágico de la Sierra de Cádiz), pero aun no se el cuando.

Del mismo modo que con el Titán hay otro reto que me ha atrapado. Que deseo repetir desde muy poco tiempo después de cruzar esa meta, de correr los últimos metros de alfombra.

Falta elegir en que lugar y que fecha iré a por mi segundo Triatlón de distancia Ironman, pero la cosa va estando clara.

En septiembre u octubre de este año, si Dios quiere. Ahora bien aun estoy dudando ...¿donde?

jueves, 3 de febrero de 2011

A mi modo de ver.

Ya se que es de perogruyo, pero como cambias las cosas el punto de vista de cada cual.

La semana pasada la salida larga de bici solo me cuadraba el viernes.

Quise pensar que el que hubiera unas 30 provincias en alerta por mal tiempo, no tenía importancia.

Quise apostar el jueves que al día siguiente haría bueno. - Que si que yo cojo la de carretera, que va lo que quieras a que mañana al final no llueve- Decía a la gente en el gimnasio.

Quise pensar que era un buen augurio que el viernes la probabilidad de lluvia bajara del 70% al 30%.

Quise apostar el viernes, a que el aguacero de las 14.30 era el último del día.

Quise pensar que el sol calentaba lo bastante como para no llevar los cubrebotas de neopreno que dejé en el coche. Como si su única misión fuera aislar del frío ¿y el agua?????

Quise apostar a que hacía las 3 horas de bici, sin que ninguna de las negras nubes que cruzaban rápidas el cielo proyectaran su sombra y su agua sobre mi.

Hasta que el el cielo se puso negro, primero a la altura de mi destino, allá en el horizonte, y poco a poco lo cubrió todo robando la luz de la tarde.

Aun pude querer pensar, o querer apostar, que era un buen día para la épica, y culminar mi entrenamiento bajo la lluvia, pero afortunadamente supe cuando parar de ser deliberadamente optimista.

Y me detuve bajo el techado de una bar de carretera, a las afueras de un pueblo a esperar mi oportunidad de volver.
Castigado por mi imprudencia de salir un día como ese, de no llevar ropa de abrigo, de no llevar ropa aislante, de no llevar cubrebotas.

Castigado a soportar el frío parado, durante media hora de enorme tormenta.
A soportar la cháchara de un peculiar personaje del que solo entendía algunas palabaras sueltas de todas con las que me acribillaba.

Ira ira... to lo negro que viene.. ji ji... andaaa..
Lluvia en 10 minutos to lo más... andaaaa...ji ji... ira ira como cae.

TOoooooooma, ji, ji (coincidiendo con un trueno).

Andaaa que toooo lo negro que viene... ji ji con la bici ... Noooooo, no, no- negaba con la cabeza-.

Ira, ira como cae, y con la bici... ji ji.

Este fue el tema durante 30 minutos.

Salvo cuando mirando al único semáforo del pueblo, eternamente en ambar me dijo:
Ira ira po allí viene Fulano.
Va a que no paran.
Efectivamente una encorvada y lenta figura se acerca despacio cruzando la carretera.

Un todoterreno, le esquiva a gran velocidad sin ni siquiera aminorar la marcha.

¿Ves ? ¿Ves? no paran, ji ji ji. Andaaa que...

El recién llegado, que a ojo diría que tiene unos 130 años y un solo diente auna fuerzas para hacerme participar en un debate de hasta cuando se pueden recoger los espárragos trigueros.
¿marzo? ¿abril? ... mientras haiga agua... aunque este año lo que piden los espárragos es sol, porque hay mucha agua.

Mira por donde los espárragos piden lo mismo que yo.- Se ríen-

Poco después el cielo me levanta parcialmente el castigo. Ha sido como sacar un 6 en el parchís. Puedo salir.
Deja de llover y emprendo la vuelta helado de frío, con los pies congelados y empapados, dándole todo a los pedales para llegar a casa cuanto antes. Hago unos 25 kms en un tiempo record sin bajar de los 30 km/h ni un solo segundo y viendo en ocasiones el 4 en el primer dígito. En mi vida fui tan rápido y con las pulsaciones tan bajas (sería por el frío).