jueves, 1 de noviembre de 2012


No puedo vivir sin Tri. No hay manera.



Creo que el Mundo conspira para que no me aparte ni ligeramente del Tri deporte.


Estas semanas de descanso, anuncié satisfecho y saciado de triatlón a mi entorno que declaraba una tregua unilateral, por la que quedaban libres de daños colaterales del triatlón, mi familia, novia y amigos.
Tocaba descansar, y ser persona normal sin extraños horarios encorsetados por entrenamientos. Aunque hiciera algo de actividad física, evitaría a toda costa que fuera nadar, pedalear o correr.
Palos de Golf en su Prisión.

Arranqué la iniciativa, rescatando mis palos de Golf de su prisión, para tratar de congraciarme con ellos. Dediqué dos días consecutivos al paciente ejercicio de lanzar bastonazos a una bola, en ocasiones al aire, otras veces al suelo, y alguna otra al propio objetivo. No adelanté gran cosa, salvo un dolor de espalda como si hubiera estado talando árboles todo el fin de semana con un hacha de un bazar chino.
Quizás la Providencia quiso proteger la salud de mi espalda, o sencillamente el Mundo conspiraba para hacerme regresar al redil. El caso es que no ha dejado de llover desde entonces, con lo que el Golf dejó de ser una alternativa.

Así que tracé un plan B y le dije a María que me iba al gimnasio:
-          ¿A entrenar? Tu estabas de descanso.
-          No, no…. Voy a hacer Bodi Pún.
-          ¿Body Pump? (en cuanto puede me deja en evidencia con los idiomas)
-          Eso.

Y así lo hice comprobé el horario del gimnasio y vi que a las 7:45 tenía ocasión de estrenarme en una actividad distinta.
Al día siguiente, Juan (monitor de natación) me saluda:
-          Qué Máquina ¿A hacer unos largos?
-          No, no. Vengo a probar eso del Bodi Pán.
-          ¿ Bodi Pún?
-          Eso.

Pues me explica que al parecer llegaba tarde, porque los asiduos sabían que de siempre la convocatoria extraoficial era las 7.30, y yo llegaba a las 7.55, que en realidad es temprano si se tiene en cuenta la “hora oficial” de la clase 7.45, una vez rectificada con mi uso horario particular, que consiste concretamente, en una desviación típica que se calcula sumando al horario insular de las Islas Canarias, 70 minutos.

La clase ya estaba rodando, perdón, que estos no ruedan… quiero decir que ya había un puñado de publico, íntegramente masculino, haciendo sentadillas con pesas al ritmo de la música y la vista concentrada en dos objetivos,  entre el reflejo de su postura en el espejo y las posturas de la profesora.

Profesora que por cierto, me taladra con una mirada a través de unos párpados entornados, gesto que interpreto como hostil, aunque por la hora bien podría ser tan solo un poco de sueño.
-          Estamos acabando. La clase era a las 7.30- Me dice justo en el momento en que mi pie derecho acababa de aterrizar en su sala de Bodi loquesea.

Como me ve dudando en el quicio de la puerta  haciendo cálculos mentales con  mi uso horario, la hora oficial y la hora clandestina, me dice apremiante.

-          Entra si quieres, pero ya solo queda trabajar los “músculos pequeños”.

Yo pienso en decirle “Ea! Pues eso, si mis músculos son pequeños, mire, mire… músculos de triatleta canijo”. 
Pero como no daba la impresión de que esa mirada, ya fuese hostil o fuese somnolienta, me estuviera invitando a otra cosa que no fuera marcharme, lo que hice fue sacar el pie derecho de la sala, y cerrar la puerta.

Y me encontré a las 8 de la mañana, con camiseta, pantalones de correr, y zapatillas de correr, sin saber muy bien que hacer. ¿Qué hice? Pues salir a correr, está claro.

Podría seguir aburriéndoos con otros tantos intentos infructuosos de abordar otras actividades.
-Padle con amigos de agenda repleta.
- Baloncesto de convocatoria menguante hasta su extinción,   que son las que pasan “De partido a doble campo”, a “Si eso un tres contra tres”, a “Ya si eso te llamo y quedamos los dos para unos tiritos”.
- Y Otras sesiones de Bodis nosecuantos.

Y lo del “Sentadito en el sofá”, pues tampoco acaba de salirme bien.

Y al final lo que he sacado en claro estas dos semanas de descanso, han sido un par de sesiones de natación, y otras tantas de carrera. También dos de spining que es pedalear al fin y al cabo.

El Mundo no me da salidas. La gente sigue sin jugar conmigo a nada. Y siguen preguntándome como me ha dado a deportes tan aburridos y solitarios como correr, nadar o salir en bici solo.
Pues si tengo que esperar a que ellos puedan...

No me queda mas que el Tri.
No puedo vivir sin Tri.

3 comentarios:

davidiego dijo...

Qué mala vida te da.

Pero bodi pán, bodi combat y pilates molan casi tanto como para ser infiel, bígamo o polígamo porque como el triatlón...

stani dijo...

Eres una victima de la sociedad,vive con ello el resto de tus días. Por cierto, qué tendrá el triatlón que engancha tanto a los guapos?...

Jesús dijo...

Si Davidiego, yo creo que intentaré ponerle un pisito en mi agenda semanal, a alguna de estas, porque la verdad es que mola. Aunque como mi triatlón....

Yo creo que es eso Stani, nos envidian los demás , y acabamos todos arrinconados en el este deporte que por otro lado no tiene comparación.....